miércoles, 18 de febrero de 2009

Samuel B.P., acusado de colaborar en hacer desaparecer el cuerpo de Marta del Castillo, ha negado ante el juez haber participado en los hechos o siquiera haberlos conocido y ha asegurado que tiene una coartada que apoya sus movimientos en la noche del 24 al 25 de enero, cuando desapareció la joven.
Fuentes próximas a su defensa han informado hoy a Efe de que el joven, en su declaración ante el juez de instrucción 4, realizada ayer lunes, dijo haber recibido amenazas de la Policía contra él mismo, su familia y su novia durante los tres días que permaneció detenido en la Jefatura Superior de Policía de Sevilla.
El joven pidió ser sometido a una revisión médica por el forense de los juzgados respecto a los hematomas que aseguró tener por todo el cuerpo, lo que rechazó el juez, por lo que su defensa ha presentado hoy una nueva petición por escrito.
Según las citadas fuentes, Samuel manifestó al juez que es «inocente en todos los aspectos», es decir, que no participó en la muerte de Marta del Castillo, que no tuvo conocimiento del crimen, del que presuntamente se ha autoinculpado su amigo Miguel C.D., y que no le ayudó a trasladar y arrojar el cuerpo de la joven al río Guadalquivir, como le imputa la Policía.
Samuel ha dicho al juez que no habló con su amigo Miguel de este tema ni cuando se produjo ni en los 20 días transcurridos hasta que fueron detenidos, y que cuando salió en los medios de comunicación haciendo declaraciones sobre la joven fallecida no sabía nada de la presunta implicación de su amigo.
Según las citadas fuentes, Samuel asegura tener una coartada de lo que hizo en la noche y madrugada del 24 al 25 de enero y han añadido que presentarán estos testimonios en cuanto puedan.
Reconstrucción del crimen
Los insultos dirigidos a los presuntos asesinos de Marta del Castillo se reprodujeron ayer frente al número 78 de la calle León XIII de Sevilla, lugar donde murió la joven Marta del Castillo y a donde fueron conducidos su asesino confeso, Miguel Carcaño, y su hermanastro Francisco Javier Delgado, para reconstruir el crimen.
La Fiscalía necesita todos los elementos a su alcance para construir la acusación contra los implicados, porque tras cuatro días de búsqueda, ni el cuerpo ni el arma usada para el crimen aparecen, y son dos elementos vitales para el futuro del proceso.
Sobre las 14 horas, Miguel Carcaño llegó hasta el domicilio en el que había residido junto a su hermano procedente del penal Sevilla-II, donde permanece ingresado desde el lunes. Javier Delgado fue trasladado a la vivienda desde la Comisaria de Policía, donde permanece detenido a la espera de pasar este miércoles a disposición judicial. Durante cuatro horas permanecieron en el interior del piso, situado en la planta baja, reconstruyendo lo sucedido la noche que murió Marta.
Los cuatro jóvenes implicados en el asesinato se contradicen y facilitan versiones distintas con las que tratan de defenderse e inculpar a los restantes compinches. Los policías encargados de la investigación trabajan en realidad con una hipótesis, pendiente de múltiples comprobaciones. Dan por supuesto que Marta murió en ese piso el día en que desapareció, tras mantener una fuerte discusión con su presunto asesino. El hermanastro o bien presenció los hechos, o bien fue el primero al que llamó Miguel para reclamar ayuda.
Después llegaron Samuel Benítez, también encarcelado, y un menor amigo del grupo que permanece recluido en un centro de internamiento. Entre los cuatro, en una secuencia de hechos aún por determinar, se deshicieron de la joven y el arma homicida en algún punto del Guadalquivir, extremo también pendiente de conformación.
La reconstrucción del crimen, de la que no han trascendido detalles, concluyó a las 18 horas. Para entonces, el número de personas congregadas frente a la vivienda era ya muy elevado. No dudaron en insultar e increpar cuando vieron salir a los sospechosos con los rostros tapados, y hubo quien trató incluso de saltarse el cordón policial para agredirles. Los agentes que les custodiaban sacaron de la casa varias bolsas con posibles pruebas.
Según explicaron fuentes policiales, ante la tensión social desatada se ha optado por trasladar a Miguel y a Samuel a centros penitenciarios de la provincia para alejarlos de la capital hispalense por motivos de seguridad. Los dos jóvenes están sometidos además a los protocolos penitenciarios de prevención de suicidios.

fuente:la voz de Galicia
mi opinion es que metan a esa tio en la carcel de por vida

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